Z-Wave, Zigbee o WiFi: ¿Cuál es la mejor opción para la domótica de mi casa?

Sois muchos los que nos preguntáis sobre qué camino tomar con la domótica cuando reformáis o actualizáis vuestras casas. En el mundo del smarthome hay varias tecnologías de comunicación inalámbrica que permiten conectar y controlar dispositivos como luces, cámaras, sensores, termostatos y más. Entre las más populares están WiFi, Z-Wave y Zigbee. Aunque WiFi está omnipresente en la mayoría de los hogares, Z-Wave y Zigbee tienen varias ventajas clave para aplicaciones de hogar inteligente. A pesar de algunas diferencias entre ellas comentadas en otro artículo, a continuación, exploramos por qué estas dos tecnologías pueden ser mejores opciones que WiFi para algunos usos en el hogar conectado.

Consumo energético: ventaja para Z-Wave y Zigbee

Uno de los mayores problemas del WiFi en los dispositivos del hogar inteligente es su alto consumo de energía. Debido a que WiFi está diseñado principalmente para la transmisión de grandes cantidades de datos (como videos en streaming o navegación por la web), requiere más potencia para funcionar de manera continua. Esto lo hace poco eficiente para dispositivos que necesitan estar siempre conectados y operativos pero que envían datos pequeños y esporádicos, como sensores de movimiento o cerraduras inteligentes.

En cambio, Z-Wave y Zigbee están diseñados específicamente para dispositivos de bajo consumo energético. Utilizan mucha menos potencia eléctrica, lo que permite que los dispositivos con baterías duren meses o incluso años antes de necesitar recargarse o cambiar las pilas. Esto es especialmente ventajoso en dispositivos como sensores, detectores de humo y controles remotos, donde la eficiencia energética es crucial.

Redes malladas (mesh network): más cobertura y estabilidad

Otra de las principales ventajas de Z-Wave y Zigbee es su capacidad para crear redes en malla. En una red en malla, cada dispositivo actúa como un repetidor que transmite señales a otros dispositivos dentro de la red, extendiendo así su alcance de manera significativa. Esto significa que mientras más dispositivos tengas conectados, más fuerte y robusta se vuelve la red.

En comparación, el WiFi generalmente se basa en un punto central (un router) que se conecta a todos los dispositivos. Si la señal del router es débil o hay obstáculos como paredes gruesas, la cobertura puede reducirse significativamente. Además, a medida que se agregan más dispositivos WiFi a la red, el rendimiento general puede disminuir debido a la congestión de la red. Con Z-Wave y Zigbee, no sólo se mejora la cobertura, sino que se reduce la dependencia de las opsibles alteraciones de un solo punto de acceso.

Menos interferencias en la señal

El WiFi utiliza las bandas de frecuencia de 2.4 GHz o 5 GHz, que son frecuencias bastante congestionadas. Esto es porque no solo los routers WiFi operan en estas bandas, sino también muchos otros dispositivos, como microondas, teléfonos inalámbricos y otros electrodomésticos. En un entorno de hogar inteligente con muchos dispositivos conectados, la interferencia de señales puede ser un problema considerable, lo que lleva a un rendimiento inconsistente o conexiones caídas.

Zigbee también utiliza la banda de 2.4 GHz, pero tiene mecanismos para minimizar la interferencia, lo que lo hace más estable en comparación con WiFi en ambientes congestionados. Z-Wave, por otro lado, opera en una frecuencia más baja, generalmente en la banda de 800-900 MHz (dependiendo del país), lo que lo hace menos susceptible a interferencias, garantizando una comunicación más estable.

Seguridad avanzada

Aunque WiFi ha mejorado significativamente en términos de seguridad con protocolos como WPA3, Z-Wave y Zigbee fueron diseñados desde el principio con la seguridad de los dispositivos IoT (Internet de las Cosas) en mente. Ambas tecnologías utilizan cifrado AES-128, uno de los estándares de cifrado más seguros disponibles, para garantizar que las comunicaciones entre los dispositivos y el controlador estén protegidas contra interceptaciones o ataques.

Además, debido a que Z-Wave y Zigbee son redes cerradas que no dependen de la conexión a Internet para funcionar localmente, esto reduce el riesgo de vulnerabilidades externas. En cambio, los dispositivos WiFi a menudo requieren una conexión constante a Internet, lo que aumenta el riesgo de ataques cibernéticos si no se configuran correctamente las medidas de seguridad.

Especialización en domótica inalámbrica

Mientras que WiFi está diseñado para una amplia gama de aplicaciones (transmisión de video, videojuegos en línea, trabajo remoto, etc.), Z-Wave y Zigbee están específicamente optimizados para la automatización del hogar o domótica. Esto significa que están mejor adaptados para manejar pequeñas cantidades de datos transmitidos de manera frecuente y confiable entre dispositivos, como sensores de puertas, termostatos y bombillas inteligentes.

Por ejemplo, en un sistema de automatización del hogar, un sensor de puerta que detecta cuándo se abre y envía una señal para encender una luz es un proceso que no necesita grandes anchos de banda ni alta velocidad, pero sí confiabilidad y baja latencia. Z-Wave y Zigbee sobresalen en este tipo de tareas debido a su optimización para comunicaciones ligeras y continuas.

Conclusión

Aunque WiFi sigue siendo la opción más adecuada para muchos dispositivos que requieren transmisión de datos de alta velocidad y conectividad a Internet, Z-Wave y Zigbee ofrecen ventajas claras en el contexto del hogar inteligente, smarthome o domótica: como prefieras. Desde su eficiencia energética y su capacidad para crear redes en malla robustas, hasta su resistencia a interferencias y su mayor enfoque en la seguridad, ambas tecnologías se destacan como las mejores opciones para sistemas de automatización del hogar. Si estás buscando una red estable, segura y eficiente para gestionar tus dispositivos inteligentes y armar un sistema de domótica en tu casa, Z-Wave o Zigbee, incluso un sistema hibrido son opciones a considerar por encima de WiFi. Los dispositivos wifi se deben usar para cometidos o «por culpa» de dispositivos que no nos dejan otra opción por no existir alternativa en el mercado, o bien porque la domótica de nuestra casa va a ser muy reducida y no vamos a montar mas de 6 o 7 «cacharros» (digamos entonces gadgets) que nos justifican el aprender y/o invertir en un gateway que nos lo coordine todo de forma local.